«Si logramos un acercamiento entre la ciudadanía y las instituciones de la UE, los próximos años seremos muchos más los que saldremos con alegría y fuerza a festejar el 9 de mayo».
Entre medio de una fuerte convulsión política de ámbito local, estatal y europeo, llega el 9 de mayo, el Día de Europa, una celebración que tiene lugar en la toda Unión Europea. El 9 de mayo se recuerda el día que se produjo la histórica Declaración Schuman, que supuso el primer paso para la integración de ciertos estados europeos bajo unos objetivos comunes (fomento a la paz y la recuperación económica) una Administración conjunta. La Declaración de Schuman fue firmada el 9 de mayo de 1950, cinco años después de la rendición del régimen nazi y ante una Europa devastada por la masacre de la segunda guerra mundial. Los principales artífices de este proyecto fueron los ministros de los estados europeos (y siguen siendo) y no la ciudadanía organizada a través de movimientos sociales.
Aunque en los últimos años las instituciones europeas y los (pocos) movimientos sociales organizados han reivindicado un mayor papel de la ciudadanía, en el que se han conseguido importantes victorias como el reconocimiento de la iniciativa ciudadana europea o la elección directa de las personas diputadas en el Parlamento Europeo, en la Europa actual todavía tiene demasiado peso la política intergubernamental, los estados. La ciudadanía europea esperamos más de la UE. Las encuestas demuestran que tres de cada cuatro ciudadanos del Estado nos sentimos europeos, pero, que al mismo tiempo, la mayoría de la población tiene una gran desconfianza hacia las instituciones europeas y sus políticas.
La oportunidad de las urnas:
Este 9 de mayo estamos a un año de elecciones al Parlamento Europeo, que es la única institución europea votada directamente por su ciudadanía. Creemos que es una nueva oportunidad para cambiar la dirección política de la UE actual y dar un mensaje a los estados miembros que la conforman. Son unas elecciones importantes para afrontar una nueva etapa de la UE para renovar la legitimidad de sus instituciones ante su ciudadanía. En estas elecciones estaremos escogiendo la mayoría política de la institución de la que saldrá el presidente o presidenta de la Comisión Europea (por el sistema de los ‘SpitzenCandidaten’) y la mayoría política de la Comisión Europea, y por lo tanto, de las políticas europeas que nos marcarán los próximos cinco años (2019-2024).
Como hemos visto en los últimos años, las políticas de austeridad y desregulación económica aprobadas en Bruselas por los estados miembros han tenido efectos perversos en nuestra economía local y en la vida cotidiana en las ciudades y municipios. Las elecciones europeas del 2019 nos dan la posibilidad cambiar la mayoría política de la Comisión y sus políticas (imaginaos una Comisión que protegiera como derecho básico el derecho a la vivienda ante los lobis, que fuese más estricta en el cumplimiento de las normativas de acogida e integración de las personas refugiadas, que fomentara los espacios públicos y la economía social y solidaria, que trabajara directamente con regiones y ciudades, etcétera. Esto es posible).
Podemos conseguir este cambio de dinámica. Pero para ello es necesario que los movimientos políticos, sociales, culturales y económicos que se animen a incorporar también la dimensión europea en sus batallas. Hace falta que busquemos formas de colaboración entre los movimientos que ya trabajamos en clave europea y los que lo hacen en clave temática local, con el objetivo de impulsar esta conciencia colectiva europea, que fomente la regeneración del proyecto europeo en el que la ciudadanía sea el elemento central con quien se hace política y para el que se legisla.
A un año de elecciones pedimos a los partidos que:
-Se haga una campaña para las elecciones europeas pensada en clave europea, donde se fomente el debate y confrontación de programas y estrategias, que permitan mostrar a la ciudadanía los límites y las oportunidades de la UE para facilitar una solución a los problemas actuales.
-Dado que las elecciones municipales y europeas coincidirán en la misma fecha, aprovechemos para discutir y conectar la dimensión europea de los retos que tenemos en cada uno de nuestros pueblos y ciudades.
-Que se reclame más poder para la ciudadanía, y como consecuencia, por el Parlamento Europeo que es la institución que nos representa. La Unión del futuro debe equilibrar más la balanza de poder entre ciudadanía, ciudades y regiones y estados, ya que actualmente se encuentra concentrada en estos últimos. En este sentido, proponemos que el cabeza de lista de la lista más votada en las próximas elecciones europeas a ámbito español sea el candidato a comisario español.
-Que en este contexto de regresión de democrática en el Estado español y en otros estados miembros, se exija un papel más activo de la UE para asegurar la protección de los derechos de libertad de expresión y de derechos políticos, que tanto hemo tenido que luchar para conquistar.
-Que se reclame una UE más social, política y democracia en la eurozona, más ampliación al Este, más visión de futuro.
Como miembros de la Red de Entidades Europeístas de Catalunya (XEEC), estamos convencidas de que, si este mayor acercamiento entre la ciudadanía y las instituciones de la UE se produce, los próximos años seremos muchas más personas las que saldremos con alegría y fuerza para celebrar el 9 de mayo, y pasaremos de llamarlo el día de «nuestra Europa».
Este artículo ha sido elaborado por Teresa Carreras, Marta Junqué, Joaquim Millan y Max Vives-Fierro (miembros de la XEEC: https://xeecblog.wordpress.com/2017/06/23/nou-blog-de-la-xarxa-dentitats-europeistes-de-catalunya-xeec/)
PUBLICAT el passat el 9 de maig a EL PERIODICO: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20180508/por-que-celebramos-el-dia-de-europa-6807411